Muchos años han pasado desde que las mujeres, en todas las latitudes, iniciamos un camino de lucha por el reconocimiento y la emancipación.
En este proceso nos hemos dado cuenta que el problema del patriarcado no solo nos afecta por el hecho de ser mujeres, sino que se agudiza si además de ser mujeres se es trabajadora, racializada, disidente o pobre.
De la misma forma, tenemos claro que la violencia de género no es un hecho aislado que viva encerrado en los hogares, sino que es una cuestión pública y que los perpetradores de esta violencia también se encuentran en el Estado, sus poderes y, obviamente, en la patronal que lo maneja.
En esta nueva conmemoración del 8 de marzo, creemos necesario hacer propia esta bandera de lucha y ampliar los espacios de encuentro entre compañeras y compañeros de la clase, para trabajar conjuntamente en torno a la eliminación de todas las formas de opresión y explotación patriarcal y capitalista, ya sea en la vida personal, en la relación al interior de las organizaciones de rabajadoras y trabajadores y en nuestros centros laborales, comprendiendo que el emplazamiento es directo y a todas las esferas de la sociedad.
En ese sentido, saludamos e invitamos a las trabajadoras que están a la cabeza de los cuidados y organización del hogar , a las que tienen contrato, a las que boletean y a las que su trabajo está siendo invisibilizado por el estado y la sociedad, a organizarnos y sumarnos a esta batalla.
Finalmente, hemos marchado este 8 de marzo por las calles de Santiago para manifestarnos y demostrar, una vez más, que los tiempos cambiaron y que todos los procesos de transformación serán con nosotras, o no serán.
Coordinación 8M – Fesin